“Las críticas te corrigen un defecto. Los ánimos te corrigen diez”. Esta máxima, inscrita dentro de Los 88 peldaños del éxito, de Anxo Pérez, describe bien una forma de motivación poco tradicional: el piropo, entendido como una manera de dar ánimos, y no como un cumplido sin fundamento.
Recibir un elogio sincero por nuestro trabajo es una manera de motivar a un empleado. En un momento convulso en lo laboral, en el que la movilidad, los trabajos temporales y los despidos rápidos son una realidad, cada vez resulta más complicado que un empleado se motive realmente por una empresa.
En este sentido, el empleado de la empresa tradicional está más acostumbrado a recibir críticas cuando el trabajo está mal hecho, que algún cumplido cuando su labor ha sido excelente. Se da por descontado que se le paga para ello (para ser brillante, para lograr la excelencia), y que únicamente ha de reclamársele los errores.
Anxo Pérez propone una técnica distinta para motivar a los empleados y colaboradores. No se trata de resaltar los defectos del empleado, sino de apreciar sus esfuerzos y elogiarlos. Pérez avisa: no se trata de proveer al empleado de piropos vacíos y poco creíbles, sino de elogiar algo concreto. De hecho, afirma, los piropos menos comunes son los más recordados.
La técnica del elogio tiene una doble vertiente: por un lado motivas al empleado, por otro, contribuyes a su felicidad (¿Quién no aprecia un buen cumplido, sincero y elogioso?). Y esta felicidad se transmite: generará un buen ambiente con el resto de la plantilla, lo que contribuirá a un mejor desarrollo del trabajo.
¿Qué opinas de lo que afirma Anxo Pérez? ¿Es una buena técnica de motivación?