Se calcula que, en Estados Unidos, se arrojan anualmente 22.000 millones de botellas de plástico a la basura. Si esta cifra te parece arrolladora, debes saber que el gigante norteamericano no es el principal consumidor de botellas, sino que este honor se lo lleva Asia (por su menor salubridad en el agua, es de suponer).
No obstante, los europeos no andamos a la zaga de estas cifras, y es que, en España, en 2008, se consumían ya 5.800 millones de litros de agua embotellada. De hecho, somos el tercer país de la Unión Europea que más agua consume (tras Italia y Alemania), y ello supone que gastamos más de 5.000 millones de botellas de agua al año.
No obstante, hay países que ya han puesto remedio a este despilfarro de plástico y dinero: es el caso de una ciudad de Australia, Bundanoon, que en 2009 prohibió «Las ventas son fantásticas para la industria de bebidas, un maravilloso negocio conseguir convencer a la gente que pague 3,50 libras por algo que fluye del grifo».
Pero, ¿es tan buena el agua embotellada como la pintan? Al contrario, en palabras de los australianos, muchas veces estamos pagando por agua del grifo… en un envase plástico. De hecho, aquí tenemos varias razones de peso para no volver a consumir agua embotellada
No es mejor que el agua del grifo: el agua embotellada proviene, en el 96% de los casos, de estratos o yacimiento subterráneos a los que se accede mediante según datos de la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasada (ANEABE). El agua del grifo proviene de pantanos y ríos, y ambas (del grifo y embotellada) pasan por sistemas de filtración para eliminar residuos. ¿Pensabas que el agua embotellada era agua de manantial? No: sólo el 2% de toda la producción procede de manantiales.
Produce muchos residuos: Como ya hemos comentado, el agua embotellada produce más de 5.000 millones de botellas de plástico al año, lo que supone toneladas de residuos. Y lo que es peor: sólo el 13% van a plantas de procesamiento; el resto, acaban contaminando innecesariamente.
Es más cara: el botellín de agua (0,33 litros) tiene un coste que está entre los 0,14 y los 0,54 en un supermercado, mientras que en las máquinas de vending suele alcanzar 1,20 euros. Cierto es que en envases más grandes (1,5 litros, 2 litros) el coste del agua embotellada se reduce a 0,33 euros (de media) por litro, mientras que un litro del grifo cuesta 0,0014 euros. Una diferencia de precio que no deja indiferente.
Contiene elementos tóxicos. En este blog ya hemos hablado de los peligros del Bisfenol A (BPA) y del tereflato de polietileno (PET), presente en botellas y bidones de agua. Estos tóxicos se evitan, simplemente, bebiendo agua del grifo en lugar de embotellada.
Tras esta batería de razones, los lectores de este blog aducirán que el agua del grifo será más sana y económica, pero también tiene un sabor que no a todos le agrada. Asimismo, en verano nos agrada tener agua fría, más que a temperatura ambiente, para consumir, y esto es algo que no se puede solucionar con el agua del grifo. Para ello, te recomendamos una fuente de filtración, que no sólo modifica el sabor y elimina posibles residuos, sino que también te permite tener agua fría y ambiente en la misma fuente, sin necesidad de ocupar espacio en el frigorífico.